BAHIANA CLUB
CONDE, 4
28005 MADRID 91 541 65 63
www.bahianaclub.es
La vez que estuvimos cenando en Korgui nos pasamos a tomar una cervecita antes por este estupendo sitio. Nos pareció acogedor, elegante y según iban pasando platos y tapas cerca nuestro decidimos que haríamos una visita una noche. Se encuentra en pleno Madrid de Los Austrias, junto al Viaducto, una zona con una amplia y estupenda oferta gastronómica.
Aprovechando que las peques se fueron al pueblo del abuelo Enrique y que íbamos a estar 2 semanas solitos decidí reservar una noche de viernes en agosto, pero al coincidir con la JMJ que inundó la ciudad de turistas, pospusimos la cena a la semana siguiente, esta vez sin reservar -era la semana quizá más vacía en Madrid y como decía un amigo 'Madrid en agosto y con dinero... Baden-Baden'-. La idea era cenar en la terraza donde tienen unas 10 mesas que dan a un pequeño jardín. Estaba lleno cuando llegamos sobre las 21:30, pero nos dijeron que pronto quedaría libre alguna mesa y mientras podíamos tomar unas cervezas en la barra. En 10 minutillos estábamos sentados.
Todos los platos son apetecibles. Los que ves pasar, los que están apuntados en la pizarra de la barra o cuando te traen la carta, pequeña pero atractiva. Nos decantamos por Fatay, 6 empanadas árabes rellenas de carne acompañadas de tabasco; y una fabulosa Ensalada de Pera, Rúcula, Tomate Seco y Vinagre Balsámico. Para continuar, nos costó. Pensábamos en algunas tapas pero las amables camareras nos indicaron que solo quedaba una Brocheta de Rape, Langostino y Arroz Meloso, que pidió Gema, así que yo elegí el Churrasquito Uruguayo con Patatas Paja y Chimichurri.
No podemos expresar lo rico rico que estaba todo y lo bien que estábamos en aquella terracita. Bebimos cerveza y no tomamos postre aunque tenían muy buena pinta sobre todo las tartas. Unos cafetitos con hielo y la cuenta, 60€, que nos pareció muy bien.
El trato del personal te hace sentir como si les conocieras de toda la vida. Rápidos y eficientes. Muy, muy, muy recomendable.
Aprovechando que las peques se fueron al pueblo del abuelo Enrique y que íbamos a estar 2 semanas solitos decidí reservar una noche de viernes en agosto, pero al coincidir con la JMJ que inundó la ciudad de turistas, pospusimos la cena a la semana siguiente, esta vez sin reservar -era la semana quizá más vacía en Madrid y como decía un amigo 'Madrid en agosto y con dinero... Baden-Baden'-. La idea era cenar en la terraza donde tienen unas 10 mesas que dan a un pequeño jardín. Estaba lleno cuando llegamos sobre las 21:30, pero nos dijeron que pronto quedaría libre alguna mesa y mientras podíamos tomar unas cervezas en la barra. En 10 minutillos estábamos sentados.
Todos los platos son apetecibles. Los que ves pasar, los que están apuntados en la pizarra de la barra o cuando te traen la carta, pequeña pero atractiva. Nos decantamos por Fatay, 6 empanadas árabes rellenas de carne acompañadas de tabasco; y una fabulosa Ensalada de Pera, Rúcula, Tomate Seco y Vinagre Balsámico. Para continuar, nos costó. Pensábamos en algunas tapas pero las amables camareras nos indicaron que solo quedaba una Brocheta de Rape, Langostino y Arroz Meloso, que pidió Gema, así que yo elegí el Churrasquito Uruguayo con Patatas Paja y Chimichurri.
No podemos expresar lo rico rico que estaba todo y lo bien que estábamos en aquella terracita. Bebimos cerveza y no tomamos postre aunque tenían muy buena pinta sobre todo las tartas. Unos cafetitos con hielo y la cuenta, 60€, que nos pareció muy bien.
El trato del personal te hace sentir como si les conocieras de toda la vida. Rápidos y eficientes. Muy, muy, muy recomendable.
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